Con infinito agrado
reproduzco este poema que me envió, desde Brasil, una persona muy especial para
mí: Rosaima Estrada Duquesne (al centro en la foto).
Mi mejor regalo,
no fueron rosas arregladas en mi cumpleaños,
no fue una canción que provocara mi llanto,
no fue una poesía con hermosos versos,
no fue una cena romántica a la luz de las
velas.
Mi mejor regalo,
no fue un paseo por la luna,
no fue una estrella del cielo,
no fue un arco iris con sus nubes,
no fue el rastro de un cometa.
No fueron mis ojos, no fueron mis manos,
no fueron los labios con los que te regalo un
beso,
no fueron mis oídos, no fueron mis sentidos,
y aunque todo esto agradezco,
mi mejor regalo no fue eso…
El mejor regalo que he recibido
es este ángel del cielo que llamo mi hija,
la rosa más bella, la mejor estrella,
la canción y poesía
que le da sentido a mi vida.
Que me lleva a la luna
para alumbrar sus noches,
que pinta mi vida de colores,
que llena mis ojos,
que derrite mis manos,
y que
toca mi corazón
suavemente con su amor.
Mi regalo eres tú…
Mi hija bella.
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