viernes, 28 de noviembre de 2014

Azucareros de Las Tunas, por una zafra más dulce



Mediante un superlativo esfuerzo, que los llevó a renunciar voluntariamente  a sus vacaciones de verano, y les impidió dedicarle más tiempo a la familia, los azucareros de la provincia de Las Tunas han puesto a punto sus industrias y los demás medios necesarios para comenzar la próxima zafra el venidero 4 de diciembre, acorde con lo previsto.
 Aunque todavía faltan por llegar algunos recursos, esta vez los hombres y mujeres que hacen azúcar en este oriental territorio cubano han contado con un mayor y más oportuno respaldo material.
Sin embargo, su espíritu creador y su laboriosidad han sido lo determinante en la preparación de condiciones capaces de asegurar una buena arrancada, premisa indispensable para producir 55 mil 800 toneladas de azúcar por encima de las fabricadas en la contienda anterior. 
A diferencia de lo ocurrido entonces, hoy los tres centrales tuneros que molerán se encuentran mecánicamente aptos, al igual que las cosechadoras cañeras, el resto de la maquinaria, los centros procesadores de materia prima y el transporte ferroviario.

jueves, 27 de noviembre de 2014

El honorable y generoso Capdevila



Nuestro Héroe Nacional, José Martí, calificó el 27 de noviembre de 1871 de "día sangriento en que una turba rifó la vida y gozó la muerte de los ocho estudiantes de la Universidad de La Habana, por la falsa culpa de haber atentado al cadáver de un hombre de odio" (Discurso Los Pinos Nuevos).
Capitán Federico Capdevila
Se refería el Apóstol de la independencia cubana al horrendo crimen cometido por el gobierno colonial español al fusilar a alumnos de Medicina, casi niños, acusados de profanar la tumba del periodista ibérico Gonzalo de Castañón.
A 18 años exactos de la barbarie, Martí escribió en el periódico Patria: "España, en aquella vergüenza, no tuvo más que un hombre de honor: el generoso Capdevila, que donde haya españoles verdaderos, tendrá asiento mayor, –y donde haya cubanos".
Nacido en Valencia, España, en 1845, el joven Federico Capdevila llegó a Cuba en virtud de sus obligaciones militares. En el momento de los trágicos sucesos tenía el grado de capitán, y asumió la defensa de los estudiantes. Con serena valentía enfrentó a los jueces: "Mi obligación como español, mi sagrado deber como defensor, mi honor como caballero, mi pundonor como oficial –dijo–, es proteger y amparar a inocentes, y lo son mis 45 defendidos".

viernes, 21 de noviembre de 2014

Vía a la vida





La muerte me convidó
a realizar un paseo,
y le dije: amiga, creo
que esta vez se equivocó.
Mire: resulta que yo,
cuando hago uso de la vía,
practico la cortesía,
presto la atención debida
para dar vía a la vida
y preservar la alegría.

Insistió ella, desafiante,
y le dije: asumo el reto,
pero yo la ley respeto,
si ando detrás del volante.
No me descuido un instante,
conduzco con gran cuidado,
me siento recompensado
porque la vida es hermosa…
Y ella cortó, presurosa:
Entonces, no hemos hablado.